ROSA CHILLÓN

 No sé, ni me importa, cuantos afeminados hay, ni qué porcentaje de la población pierde aceite, pero lo que sí me preocupa es que hay un lobby rosa que se afana en saturar las cadenas de televisión de estos individuos.
Es imposible que en la vida real haya tanto Jesús Vazquez, tanto Boris Izaguirre o tanto Jordi no se qué. Maricas, mariquitas, mariconas, machorras, mariconazos y boyeras siempre han existido.
Dicen que en la época de Franco te detenían por ser marica. ¡Cojones 33!. En el Madrid de los años 40 y 50, una comunidad de vecinos sabía perfectamente en qué casa vivía uno de la otra acera. Se le respetaba y saludaba como a otro propietario. Solo si su tendencia se manifestaba públicamente era cuando se le aplicaba la celebérrima ley de vagos y maleantes para condenar los delitos de escándalo público y abusos deshonestos.
¿Acaso se le negó algún premio literario a Antonio gala o tuvo impedimentos para publicar sus nobelas y obras de teatro por su condición de mariquita?
¿Dejó la gente de ir a ver a Luis Mariano?. ¿Alguién le criticaba su manifiesta homosexualidad?
Si un desviado sexual trabaja, se comporta correctamente en sociedad -aún con los ademanes que son característicos en algunos de ellos- me importa bien poco con lo que se meta en la cama. Respeto profundamente las apetencias de cada uno pero tengo muy claro que no por ello han de tener un tratamiento de prioridad bajo ningún concepto.
Y es que estamos llegando a un peligroso avance del totaitarismo "gay". Hay un plan de impregnar de homosexualismo todos los ámbitos de la vida. Tanto es así que se ha establecido un cupo mínimo de homosexualidad en las televisiones. La imposición del elemento homosexual se hace patente en las teleseries españolas.
¿Qué se pretende con ello?. ¿Es la dictadura rosa un fin en sí mismo?. ¿Se pretende homosexualizar a toda la gente?. ¿A quién beneficia este plan?.
El nombre del que ha maquinado este diabólico plan no os lo puedo decir, porque como el mismo "maligno", éste adopta multitud de nombres. Podemos simplificarlo en N.O.M.
 El N.O.M. tiene como finalidad última la implantación de un TOTALITARISMO brutal, pero los totalitaristas poco o nada pueden hacer  en una sociedad estructurada, por tanto, para lograr su objetivo, le es prioritario descomponer, putrefactar la sociedad.  Los mecanismos para tal fin son, entre otros:
 La cultura del materialismo, el botellón, el nihilismo, el aborto, el laicismo, el ateismo...así todo será una gran confusión. ¡Fuera reglas!, ¡fuera referentes!. Todo será según el antojo espontáneo,  la norma será la del impulso básico sin necesidad de tabulaciones morales. Degradación, laberinto, brutalidad...
La homosexualidad humana es una conducta que ha existido a lo largo de la historia. Ha sido vista de diferente manera según la civilización y el periodo histórico. En el Occidente del siglo XX la homosexualidad ha sido considerada como una PERVERSIÓN. La ciencia así lo describía. La sociedad así lo entendía.
 Sé que los vecinos del quinto son una pareja de hombres. Visten y comportan con absoluta corrección. No hacen gala ni ostentación de su apetencia.
Por el contrario, los individuos que vemos subidos en las carrozas del "día del orgullo gay" son unos elementos vergonzantes hasta para el mismo "colectivo". El barrio de Chueca, en Madrid, es un auténtico gueto de una fauna de estética uniformizada, de ciudadanos autoexcluídos, que alternan en garitos cutres en busca de contactos sexuales. No son homosexuales, padecen satiriasis. Siempre llenos de insatisfacción, de ahí su espíritu victimista, culpando a la sociedad de su propio infortunio.
 Por mucho que les pese, han de ser tildados de promiscuos, con los consecuentes riesgos de salud.
 Todo ello macera en el subconsciente de la sociedad, que rechaza, en mayor o menor medida estos comportamientos. Para que esa misma sociedad cambie su natural criterio, hay  un nuevo poder que viene a convencer, a lobotomizar, a reprogramar y orientar a esa sociedad en la creencia de que la homosexualidad es UNA OPCIÓN, una elección que cada individuo adquiere libremente. Nada mas falso.
Cuando a una persona le llega el momento de la madurez sexual, la naturaleza es la que determina la conducta sexual de cada uno. En la mayoría de los casos, esta naturaleza acierta y nos desarrollamos heterosexuales. Pero hay ocasiones en las que el individuo desarrolla apetencia hacia sujetos de su mismo sexo.
Que nadie entienda en este argumento nada peyorativo. Si la heterosexualidad no fuera un acierto generalizado y fuera una excepción, ¿Qué hubiera sido de nuestra especie?.
Los individuos de cada especie somos, científicamente, transmisores de información genética que se va pasando generación tras generación. Somos eslabones de una cadena. En eslabón homosexual rompe con esa función natural.

A ese nuevo poder que se afana en modelar las mentes de la sociedad para que cambiemos nuestra percepción de la homosexualidad, poco o nada le interesa los "derechos" de los "gays". Al nuevo poder no le preocupa que la unión de dos personas del mismo sexo se llame "matrimonio" o se llame "sáficamonio". Al nuevo poder no le interesa la igualdad de oportunidades. El nuevo poder ha encontrado en los homosexuales un arma arrojadiza, un instrumento, un ariete para dinamitar los cimientos estructurales de la sociedad. Una manera mas de desorientarla y manipularla a su antojo.

Se nos cuenta que hay que otorgar a los homosexuales los mismos derechos que el resto de las personas. ¿Acaso no los tienen?. Como personas tienen los mismos derechos que yo mismo, que me gustan las señoras sobre todo si están de buen ver. Los maricas tienen los mismos derechos que los zoofílicos, que se pirran por una buena ternera, los fetichistas que se derriten de gusto con el objeto mas inerte o los cropofilicos que no se resisten a los delicateessen mas variados. A nadie se le recorta derechos por sus gustos de alcoba.

El supuesto derecho al matrimonio debería entonces extenderse a los polígamos si es que tienen el valor de aguantar cuatro suegras o a los hirsutofílicos para casarse con un peluche.

El nuevo poder pretende que los que no aceptamos pulpo como animal de compañía, seamos perseguidos, tachados de "homófobos" (que me explique primero el significado de esa palabra), retrógrados o intolerantes, mientras tenemos que aguantar sus injurias a la iglesia o a la misma religión cristiana.

El nuevo poder pretende invertir la escala de valores en beneficio propio, que no el de los maricas. Cuando el nuevo poder alcance sus objetivos, mandará a los maricas a tomar por culo.