INTEGRACIÓN





En Occidente algunos nos empezamos a preocupar por el peligro que supone la invasión islámica que estamos padeciendo. No es islamofobia, no es un miedo infundado, una animadversión a lo desconocido, a lo extraño, no es un sentimiento irracional.

El sistema nos propone integración de estos elementos invasores. Integración, mezcolanza, fusión intercultural... ¡gilipolladas!.



Tenemos suficiente experiencia para saber que esa supuesta integración es una falacia utópica. En todo caso, el que se debe integrar es el que debe hacer el esfuerzo de adoptar los usos y costumbres de allí donde ha decidido llegar. Inevitablemente eso supone abandonar en gran medida los hábitos de donde vienes. No parecen esas las intenciones de los moros...ni del sistema, porque en esa tán cacareada integración hay un mensaje implícito que supone que el esfuerzo de absorción o asimilación, de transigencia lo debe poner ¡la sociedad receptora!. Nosotros.



Digo que tenemos experiencia en integración, o mejor dicho en fracaso de esa integración. Experiencia de varios siglos demuestran que dos pueblos, dos razas, dos culturas, o etnias dificilmente se integran, cohesionan, empastan si una de las dos no abandona por completo las señas de identidad que le son propias. Este es el caso de los gitanos.



Ya vendrá corriendo el progre de turno a proclamar el típico tópico de la supuesta marginación a la que han sido sometidos, cuando no de persecución.

Los gitanos son un pueblo de origen incierto, pero todos los estudios datan su origen en los territorios que abarcan entre Pakistán y La India.



El término gitano parece venir de "egiptano" porque en el siglo XV se pensaba que los gitanos procedían de Egipto. Cuando vinieron a Europa, muchos gitanos se autodenominaban "nobles egipcianos".



En el año 1425, dos de estos gitanos pidieron un salvoconducto al rey Juan II de Aragón, en el cual se hacían llamar "condes del Egipto Menor". La palabra "calé" parece proceder del indostaní "kâlâ", que significa "negro".
Los gitanos llegaron a España a principios del siblo XV, diseminándose por todo el territorio. Hubo un alto grado de persisibilidad para con este pueblo venido de lejanas tierras. Fueron los Reyes Católicos los que, buscando la homogeneidad, la unidad en todos los ámbitos, dieron a los gitanos un plazo de dos meses para que adquirieran las costumbres propias de los españoles. Es decir, tomaran un domicilio fijo, adoptaran un oficio y abandonasen su forma de vestir y sus costumbres, so pena de expulsión o esclavitud.



Menos de un siglo después de su llegada a Occidente, ya eran perseguidos en toda Europa.



Las Cortes de Castilla emitieron en 1549 un mandato tendiente a separar a los "gitanos de las gitanas, a fin de obtener la extinción de la raza".





El mito de su supuesta implacable persecución se viene abajo sabiendo que Carlos III promovió su "asimilación". En 1783 redactó una pragmática que declaraba a los gitanos "ciudadanos españoles", por la cual los niños gitanos tenían el derecho y el deber de escolarización a los 4 años. Los gitanos serían libres de fijar su residencia, o de emplearse, trabajar en cualquier actividad, Se les reservaba este derecho penando a quien impidiera su establecimiento laboral o asentamiento para vivir.



Por su parte, los gitanos debían abandonar el uso de su idioma, el caló, debían dejar la vida errante, empadronarse en una villa, y vestir al uso de los demás españoles. Para mayor integración, se llegó a ilegalizar el uso del término "gitano".



Todo fue en vano. El pueblo gitano se ha negado a abandonar sus costumbres. No desean la integración. Se rigen por sus propias "leyes", no reconociendo ninguna otra normativa. En la segunda mitad del siglo XX se les ha construído viviendas dignas donde vivir. Barrios enteros. Lejos de adoptar el modo de vivir normal, han convertido sus barrios en guetos.



Miguel de Cervantes, comienza "La gitanilla", una de las novelas ejemplares:



Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones: nacen de padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para ladrones y, finalmente, salen con ser ladrones corrientes y molientes a todo ruedo, y las ganas del hurtar y el hurtar son en ellos como accidentes inseparables, que no se quitan sino con la muerte.



Los siguientes artículos del Reglamento de la Guardia Civil de 1943 respecto de los gitanos son una ofensa inadmisible para los progres. Habrá que hacer un pequeño esfuerzo para conocer las causas que obligaron a su redacción.




Artículo 4. Se vigilará escrupulosamente a los gitanos, cuidando mucho de reconocer todos los documentos que tengan, confrontar sus señas particulares, observar sus trajes, averiguar su modo de vida y cuanto conduzca a formar una idea exacta de sus movimientos y ocupaciones, indagando el punto al que se dirigen en sus viajes y el objeto de ellos.
Artículo 5. Como esta clase de gente no tiene por lo general residencia fija, se traslada con mucha frecuencia de un lugar a otro, en los que son desconocidos, conviene tomar en ellos todas las noticias necesarias para impedir que cometan robos de caballería o de otra especie.
Artículo 6. Está mandado que los gitanos y chalanes lleven, además de su cédula personal, la Patente de Hacienda que les autorice para ejercer la industria de tratante de caballerías. Por cada una de éstas llevarán una guía con la clase, procedencia, edad, hierro y señas, la cual se entregará al comprador (...) Los que no vayan provistos de estos documentos o, los que de su examen o comprobación resulte que no están en regla, serán detenidos por la Guardia Civil y puestos a disposición de la Autoridad competente como infractores de la Ley.



Leyendo detenidamente estos artículos, no aprecio nada que no hiciera un guardia civil de los años cuarenta aunque no estuviera advertido por el reglamento. Por otra parte, lo descrito en el Art. 6. es lo aplicable a cualquier ciudadano.

Estos artículos fueron suprimidos en 1978. Desde entonces hasta ahora se han adoptado las más diversas medidas integradoras con un éxito más que discutible. Servicios sociales de todo tipo no han servido para la integración propiamente dicha. La inclusión social de los gitanos en España ( y en toda Europa) continúa siendo un problema endémico. Desde 1983, hay un plan específico para la escolaridad de todos los niños gitanos. Una discriminación positiva hacia ellos, en cuanto que servicios de ruta y comedor les son gratuitos.



A pesar de todos los intentos, y del clima de permisividad a todos los elementos culturales, religiosos y raciales, los gitanos continuan sintiendose discriminados. Tanto es así, que en fechas recientes unas 50 personas se han concentrado ante la Comisión Europea en Madrid en contra de la discriminación de los gitanos en la Unión Europea, en un acto organizado por el Movimiento contra la Intolerancia, (no podía ser de otra manera) que ha entregado a la directora adjunta de la Oficina de la Representación de la CE en Madrid, Sarah Lambert, el manifiesto solidario 'Gelem, Gelem (Vamos, Vamos)'. (Fuente Europapress)
El presidente del MCI, Esteban Ibarra, ha explicado que se ha reunido con Lambert, "que se ha comprometido a organizar un acto para abordar los objetivos inmediatos en relación con la solidaridad con este colectivo".

"Creo que este acto se celebrará a finales de junio", ha vaticinado, al tiempo que ha precisado que ha trasladado a la directora adjunta su preocupación "debido a que no se respeta la legislación de igualdad de trato y porque las instituciones europeas no están haciendo lo suficiente para que se aplique con los más vulnerables: los gitanos y los inmigrantes".

Así, ha concretado que medio centenar de personas ha acudido a la concentración y que entre ellas ha estado presente la europarlamentaria del PP Teresa Jiménez Becerril, "que se ha comprometido a llevar el manifiesto del MCI y sus peticiones al Parlamento Europeo". También ha mostrado su preocupación "por la ola de antigitanismo que hay actualmente en Europa".

Además, ha asegurado que "no se puede recordar el Día de Europa, un día de reconocimiento de la diversidad de sus pueblos, sin recordar el sufrimiento que están pasando los gitanos y sin pedir que todas las normativas europeas respeten la igualdad de trato".

También ha denunciado que "son perseguidos en Hungría, Eslovaquia y la República Checa". "En algunos países, se esteriliza a las mujeres gitanas y en Bulgaria se mete a los niños gitanos en clases para discapacitados mentales", ha criticado.

Asimismo, ha recordado que en Francia "los gitanos son expulsados" y que estas expulsiones "son contrarias al Derecho", al tiempo que ha afirmado que "en España el racismo contra los gitanos rumanos es la expresión de mayor intolerancia". Finalmente, ha pedido que "los Derechos Humanos alcancen a todas las personas, incluidos los gitanos, y ha incidido en que los miembros de este colectivo "son ciudadanos europeos".




Ya tenemos a los del PP metidos en "fregaos" al más puro estilo cutre-progre.



Por otra parte, recordemos que el mes pasado ciento cincuenta gitanos procedentes de Rumanía han ocupado la basílica de San Pablo Extramuros de Roma, tras ser desalojados el viernes de un asentamiento ilegal en la barriada de Casal Bruciato de la capital italiana y las autoridades romanas les han ofrecido mil euros por familia si vuelven a su país. Tras deambular por la ciudad, entraron en la monumental basílica y se alojaron en dos grandes habitaciones destinadas a almacén, cercanas al claustro del templo.


Recordaréis que hace apenas un año, Sarkozy se vio obligado a la deportación forzosa de gitanos que le venían de Rumanía, por haberse implantado en suelo frances en campamentos ilegales.


Por todo lo anterior, reitero la experiencia que tenemos de siglos en la imposibilidad de integración en un mismo espacio de dos pueblos con costumbres distintas.



Ahora que me digan cómo se come eso de la integración de todos los elementos de otras culturas que estamos recibiendo en Europa.















4 comentarios:

Serk1492 dijo...

Excelente artículo. Había leído bastante acerca de esta etnia, aunque por aquí he visto algo más.

También leí que en algunas leyendas, creo que por los Balcanes, se relacionaba a la etnia gitana con el famoso "judío errante" (por cierto, misteriosa historia la de éste, sea mito o realidad, Dios sabrá).

A mí esta etnia es la que más asco me da con diferencia. Y no lo digo por el hecho de menospreciarles, pero las cosas como son: en mi localidad la mayoría son porretas, vagos, ladrones y sucios.

Es un problema MUY GORDO, que se debió solucionar hace siglos con su expulsión, como se hizo con los moros y los judíos. ¿Ahora qué hacemos? ¿Se les puede expulsar de donde han nacido -aunque para mí sigan siendo gitanos, no españoles-? Y es que encima es un marrón curioso el cómo hacerlo...

¡Salud!

JULIUS dijo...

Esa es la cuestión, querido Serk. Mas de cinco siglos entre nosotros y ha sido imposible de asimilar. Han sido incapaces de adaptarse.
Sarkozy lo ha tenido facil con los del asentamiento ilegal. Venían de Rumanía y allí los ha mandado. Pero ¿Qué hacemos con los gitanos que llevan muchas generaciones entre nosotros?¿Hacia qué parte del mundo se les repatría?.
Esta gente son apátridas. Pretender ser un país, un na nación sin Estado. Algo así como los judíos antes de que les regaláran Israel.
Por otra parte, es de admirar el concepto que ellos tienen de sí mismos.
Se saben, se reconocen como etnia. Y a todos los giliprogres les parece bien. Pero si somos nosotros los que pretendamos diferenciarnos racial o culturalmente, seremos tachados de racistas.
Gracias, Serk por tu visita. Un saludo.

Rafael C. Estremera dijo...

Pues la solución la veo fácil: unas leyes que defiendan a quien no robe, a quien no mate, a quien no trapichée con drogas, y que se cumpla a rajatabla, igual para todos. Quien no las respete, cárcel. Quien no esté de acuerdo, puerta.

El gitano que no se integra es porque no quiere. He conocido a un gitano -militante de Fuerza Nueva, por cierto- que trabajaba como cualquiera y vivía en un piso como cualquiera. A no ser porque él lo declaraba -orgulloso de serlo y de haber salido de la mugre- nadie lo hubiera diferenciado de cualquier otro españolito moreno.

Anónimo dijo...

En el siglo XV, en España se advertía de que se tuviera cuidado con ellos porque robaban y mataban. Y esto no lo digo yo, sino las crónicas oficiales, y es algo que se puede ver en algún libro de Historia del Derecho escrito por José Antonio Escudero, quien creo que apoyó al bando republicano (esto lo digo para que los "progres" de turno no se nos echen de encima).

Y, desde luego, ¡menuda faena la que nos hizo Carlos III!.