EL ANÓNIMO DE TURNO



En julio de 2010 publiqué una entrada titulada "Lo que la ciencia dice de las razas". Tal y como advierto al principio de la entrada, en ella, no hago más que reproducir un artículo que con ese mismo título, que circula por la red, de autor por mí desconocido. Solo he añadido algunas ilustraciones y los enlaces correspondientes intentando averiguar la existencia de todos y cada uno de los científicos en él nombrados.
El contenido del artículo es conocido por muchos de vosotros. Si no es el caso, podéis acceder al artículo desde el enlace .El caso es que con fecha de 5 de febrero he recibido dos "reacciones exotérmicas" de un anónimo. Los comentarios son:

"Definitivamente el estar enfermos en la búsqueda de supremacía y dominación ha conducido siempre a una presentación selectiva de la ciencia, de la investigación. El solo hecho de indagar en las diferencias para pretender el dominio te hace un ser muy, muy bajo, tu genética poco importa en este caso, porque esa habilidad humana de razonar e interpretar esta completamete deformada por una enfermedad: tus deshumanizadas creencias "

"si vamos a la ciencia se ha demostrado que el primer hombre fue negro. Hay que ser demasiado ignorante, y aberrantemente absurdo, (dicho de forma condescendiente) para pensar que los seres humanos se diferencian por el color de su piel.
Que esto pase en el siglo XXI es una indominia"

Doy las gracias a este anónimo por el interés que ha tenido en leer todo el artículo y más por haber dejado sus reflexiones al respecto. Reflexiones que, debido al carácter amistoso que destilan, no puedo menos que contestar.
Intentaré desgranar mis argumentos en la medida de mis limitadas posibilidades.




"Definitivamente el estar enfermos en la búsqueda de supremacía y dominación ha conducido siempre a una presentación selectiva de la ciencia, de la investigación."

Efectivamente. De la misma manera que el estar enfermos en la búsqueda del IGUALITARISMO conduce a una presentación selectiva, amputada y parcial, de la ciencia, de la investigación. O mejor dicho, a no querer ver lo que la verdadera ciencia, y con fines científicos, nos dice.

Desde los distintos aspectos que se puede abordar el tema de las razas, Social, político, religioso...no se puede desestimar el científico. El caso del artículo a debate. Los trabajos de investigación sobre las diferencias raciales son imprescindibles para comprender las auténticas diferencias anatómicas, clínicas, metabólicas, médicas, psíquicas...que aportan una relevante información sobre la compatibilidad en los trasplantes, la posología de los medicamentos, evolución de las afecciones crónicas, variaciones de los diseños protésicos... etc.

En cuanto al aspecto social del asunto, en ningún lugar del artículo encontrará alegatos en favor de la segregación.


"El solo hecho de indagar en las diferencias para pretender el dominio te hace un ser muy, muy bajo..."



Le advierto que no encuentro la pretensión de dominio a lo largo del estudio. Los científicos, y por extensión la sociedad entera, han de estar preparados a que los resultados de su investigación rompan con las creencias y prejuicios sociales. Los resultados de un experimento o estudio han de ser asumidos por muy abiertamente enfrentados que estén con la corriente política o doctrina social en la que nos vemos imbuidos. (Y sin embargo se mueve...)

Habrá que advertir a los próximos lectores que no se enfrentan a opiniones de doctrina. Son resultados de estudios científicos. Inapelables hasta que, CIENTÍFICAMENTE, se demuestre lo contrario.



"...habilidad humana de razonar e interpretar esta completamete deformada por una enfermedad: tus deshumanizadas creencias".

Dado que he sido enseñado en el catolicismo, lo he aceptado y lo practico, guardo la herencia cristiana de creer en la igualdad de todos los hombres a los ojos de Dios. Todos los hombres quiere decir todos, y para mí un señor de otra raza es igual a mí y le tengo el mismo respeto, como persona e hijo de Dios, que un caucásico. Pero mi fe no me ha puesto una venda en los ojos y aprecio la diferencia entre un señor alto y un señor bajito. Entre una rubia y una morena, entre un anciano y un niño, entre un hombre y una mujer, entre un negro y un blanco. El saberme DIFERENTE a un hotentote no es una creencia tan "deshumanizadora" en cuanto no me impide, en absoluto, practicar con él, si fuera necesario, la compasión y la caridad. Caridad que los cristianos proyectamos hacia todas las personas.

Caridad no cultivada por la corriente progresista imperante, esta sí "deshumanizadora", que diferencia a las personas según hayan nacido o todavía estén gestantes en el seno materno, calificando a estas de "seres vivos no humanos", y por lo tanto, aniquilables en función del estorbo que pudieran ocasionar si llegan a nacer. Sociedad progre "deshumanizadora" que diferencia a las personas según puedan o no levantarse de una cama, induciéndolas la eutanasia, o al suicidio asistido promocionandolo cinematográficamente. Hablan de muerte digna, cuando lo realmente digno es la vida.





"... si vamos a la ciencia se ha demostrado que el primer hombre fue negro."

Está usted algo equivocado. No alcanzo a saber si por ignorancia en antropología -de la que yo no soy un experto- o por su propia ofuscación en rebatirme. Una cosa es que los restos antropomorfos más antiguos se hayan encontrado en África y otra que pertenezcan a una persona de raza negra. En tiempos de Lucy, hace más de tres millones de años querido amigo, no se habían diferenciado las razas.



"Hay que ser demasiado ignorante, y aberrantemente absurdo, (dicho de forma condescendiente) para pensar que los seres humanos se diferencian por el color de su piel."


Eso es. Sin pretenderlo, ha sido usted mismo el que ha dado en el quid de la cuestión. Las diferencias raciales son muchísimas más que el color de la piel.

"Que esto pase en el siglo XXI es una indominia"
Perdone mi ignorancia estimado comentarista.. ¿Qué es una indominia?.
Saludos y hasta la próxima.



4 comentarios:

Rafael C. Estremera dijo...

Es bastante difícil hablar de ciencia -o sea, de hechos demostrados- con los sumos sacerdotes del tópico ignorante y el estereotipo buenista.

León Riente dijo...

Speer, tengo bastante experiencia en discusiones sobre el asunto racial con personajes como éstos y te comento que va a ser difícil que entren en razón, por mucho que te empeñes. Los dogmas no suelen ceder a las razones, argumentos, pruebas y métodos científicos.

Además, el anónimo que te escribe, tiene todo el aspecto de ser un "creyente". Tras la afirmación dogmática y anticientífica de que "las razas no existen", se encuentran dos tipos principales de individuos: 1) los que la sostienen por conveniencia (por ejemplo profesores universitarios deseosos de medrar, oenegetas que han hecho de esa afirmación parte de su trabajo y de sus ingresos, políticos traidores en busca de un nuevo filón de votos, periodistas deseosos de no desentonar, etc.), siendo frecuente en este grupo encontrarse con actitudes cínicas (decir una cosa y pensar otra); 2) la de los que la sostienen por convicción (gente más bien aborregada que no tiene un interés personal en la creencia, pero que han sido persuadidos por los anteriores, al cual este rebaño ve como autoridad). Es complicado que salgan de su error, al menos a corto plazo.

Saludos.

Serk1492 dijo...

Yo creo que nos entenderíamos antes con una cabra que con alguno de estos personajes...

Anónimo dijo...

Muy buena respuesta.
El método científico exige realizar comparaciones, y si el hombre es un animal (argumento empleado por ellos para negar la existencia de Dios) tendrá que ser comparado con otro tipo de seres humanos para ver las diferencias.
Si el hombre es un animal más, ¿por que no van a existir razas humanas si las hay en las demás especies animales?.