INVASIÓN AMARILLA


Todos apreciamos algo tan importante como la salud. En algún momento de nuestras vidas todos nos hemos planteado cuidarnos. No fumar, comer sano, hacer ejercicio, beber con moderación. Hay quien hace de todo esto su forma de vida. Practican ejercicio asiduamente, son abstemios, no fuman, y cuidan lo que comen. Me parece bien aunque hay que saber que no por ello se garantiza la salud.
Es el caso de mi vecina Mari Pili. Es buena gente, proge, pero buena gente. Como buena progre ha rechazado todo lo que le es intrínseco. Religión, raza, valores...y se declara atea -anticlerical diría yo- no tendría reparos en la mezcla racial, carece de sentido patriótico...Ya sabéis. ¡Qué os contaría yo que no sepáis del prototipo de progre!.
Está la mujer, a sus cuarenta y tantos años de muy buen ver. Funcionaria, separada y sin hijos tiene mucho tiempo para cuidarse. Sus cuidados no son convencionales típicos de potingues, cremas y mascarillas. ha sucumbido al poder amarillo.
Viene del gimnasio de hacer tai chi. Su casa apesta de las humeantes varillas de incienso chino. No se relaja leyendo un libro o escuchando música, no, hace yoga y meditación zen. Si tiene una afección no va al médico, va a la consulta del chino naturista, el Dr. Txu pa lá para que le pinche en los puntos de concentración de energía. ¡Energía que fluye!. ¡Que me explique de qué energía se trata!. ¿En qué se mide?. ¿En voltios o en arrobas?.
Luego viene a casa a prepararse los brebajes que le ha recetado, a base de ojos de canguro tuerto y prepucios de topo siberiano, que además le ha soplado una pasta gansa.

¡No me jodas!. ¡La jodida medicina milenaria china!. ¡Que me demuestren a mí que los chinos tienen o han tenido más esperanza de vida que los españoles!.
Tiene Mari Pili tatuado el el tobillo el Yin Yang. No una swastika. Un Yin Yang.
En su dieta no existe la paella o la fabada. Se alimenta a base de pak choy, seitán, tofu... y como dice tener intolerancia a la lactosa, desayuna con bebida de soja.
¿Qué le pasa a Mari Pili? Pues que es progre. En su inconsciente abandono de su carga genética y cultural europea, ha abrazado como propia la cultura oriental. Más precisamente, ha sido víctima del programa universal de acabar con OCCIDENTE.
La promoción del aborto, de la homosexualidad, del laicismo, de la inmigración...son instrumentos del sistema para acabar con la cultura y la raza OCCIDENTAL. Otro instrumento más es la introducción de oriente en nuestras vidas. La publicidad nos hace ver que los chinos están más sanos y tienen todos una sabiduría del copón. ¡Pues no!.
Como a Mari Pili le dé un día un "finstro duodenal con desprendimiento de sobaco", me van a decir a mí que el Txu pa lá la va a curar con semen de rinoceronte vietnamita.










No hay comentarios: