Demasiada atención le damos todos a ZP. Sobre ese repugnante ser vivo volcamos todas nuestras críticas, nuestras protestas. El majadero de las Zejas es digno merecedor de todos los improperios. Se le puede llamar de cualquier manera que nunca se le insultará, tan solo se le califica. Pero, cuidado, él no es el causante de los males de España, es molesto, sí, como un insufrible grano en el culo. Molesto hasta decir basta.
Tan preocupados andamos con el puto grano que no caemos en cuenta que es una pústula maligna, un sarcoma, una manifestación externa de una enfermedad mucho más grave que nos invade todo el cuerpo.
ZP no es una maldición venida del cielo. Bueno, maldición sí pero puesto ahí por aclamación popular. Ese es el mal.
De la crisis económica no habría que preocuparse demasiado. Peor quedó Alemania en 1945, pero apenas 20 años después la Alemania Occidental disfrutaba de un nivel de vida digno. El secreto de esa resurrección (económica)...TRABAJO, TRABAJO Y TRABAJO.
España está en "el mundo libre", en ese que se construyó tras la II Guerra Mundial y que asistimos a su desmoronamiento. Nuestro país será uno de los primeros en caer.
De lo que ya se me antoja más difícil que salgamos es de los siguientes problemas:
- Crisis de identidad europea. La cultura, la raza, la religión, son temas postergados en todo Occidente.
- De la anterior se sucede una crisis de invasión de otras culturas, en plena confrontación con la nuestra. En especial la islámica.
- Crisis demográfica con el consiguiente envejecimiento de individuos blancos y su inevitable extinción. El punto de no retorno parece estar fijado allá por el 2050.
Esos son problemas de calado. Todo movimiento político actual debe inevitablemente que abordar estos temas. De no ser así, la cultura Occidental será una pieza de museo como los fenicios o los etruscos.
Así es que, reventemos el absceso, pero el tratamiento para la infección sistémica que padecemos va a ser para caballos.
2 comentarios:
Al final, hay que preguntarse a quién beneficia esta decadencia. Quién está sacando provecho de nuestra falta de identidad cultural para vendernos su multiculturalismo y, como decía Ezra Pound, su usucracia. Quién se beneficia de la pérdida de nuestro patrimonio genético para dominar un mundo de consumidores mestizos sin identidad. A mí se me ocurre quién puede ser, pero digamos que son "los inmobrables" porque, gracias a sus presiones, se ha convertido en delito cuestionar sus dogmas. Que se lo pregunten a Pedro Varela, a David Irving o a David Duke.
Temas como la identidad europea, el cristianismo y la crísis demográfica son tratados por ZP y su tropa de la siguiente manera: traer moros, moros y moros. Y estos no son tontos, y perfectamente se han dado cuenta de que ya medio país es suyo. El problema es que son los españoles quienes se niegan a ver la realidad.
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